Lucía Alfaro nace en San José. Es graduada en Administración de Empresas y Filología Española de la UCR, donde cursa una Maestría en Literatura Latinoamericana.
Formación literaria
•Participó durante cuatro años en los talleres literarios del Círculo de Poetas Costarricenses.
•Es miembro fundadora del Grupo Literario Poiesis, en el que realiza la actividad de gestión cultural desde el 2007.
•Desempeñó el puesto Secretaria de la Asociación Costarricense de Escritoras durante el período 2012-2014, actualmente es la Tesorera para el período 2014-2016.
•Ha sido jurado en certámenes de poesía del SEC y AGECO.
Publicaciones:
Obtuvo mención honorífica con la serie de poemas Inevitable travesía en el Certamen Lisímaco Chavarría, 2007, cuyo compendio se publicó un año después.
Su primer poemario Nocturno de Presagios se publicó en el 2010, por la editorial EUNED.
Recientemente obtuvo el segundo lugar en el certamen de poesía Brunca de la Universidad Nacional de Pérez Zeledón con su poemario Antagonía.
Entre Babel y el cielo de mi boca se encuentra en edición en la Editorial de la Universidad de Costa Rica.
Vocación de Herida, se encuentra en edición en la Editorial Poisis, es un trabajo de poesía de género y compromiso con la niñez desamparada, en riesgo social.
Parte de su obra se ha publicado en revistas internacionales y nacionales, tanto virtuales como impresas.
Conserva inéditos:
Mensajeros del Alba (poesía)
Pájaros de obsidiana (poesía)
Urpila (cuentos)
Desde la otra orilla (libro de ensayos)
La Ciudad del Insomnio (novela en preparación)
Participación en encuentros culturales:
Ha participado durante los últimos seis años en el Festival de Poesía de Occidente.
Festival Internacional de Poesía – Casa de Poesía 2010, 2011 y 2013.
II Encuentro de Escritores Costarricenses Chico Zúñiga – 2012.
Participó con su ponencia “Malinche: Un nombre, cuántas interpretaciones” en el X Encuentro Internacional de Escritoras celebrado en Panamá en marzo de 2012.
Participó en el XVIII Encuentro Internacional de Poesía Zamora Michoacán 2014.
DEUDA DE LUNAS
¿En qué deuda de lunas
me perderé sin más,
sino en esta ribera
inscrita en la certeza de tus labios?
¿En dónde menguaré,
sino en el diván de tu costado,
en la sonora trampa
de todos tus latidos
donde crezco sin miedo,
como la soledad del ébano
en las fugas de un oboe?
Dime dónde habitar
sino en tu lluvia.
¿Qué espada me herirá,
qué marea, que ángel?
¿Qué pájaro certero
se posará en la duna de mi vientre?
¿Qué dolor me hollará,
y qué veneno conjurará
el norte de este desasosiego?
¿Qué misterio, qué trigo
sustentará la grulla de mi alma?,
sino tu boca amor,
tu boca,
solamente boca.
DESPROVISTOS DE CIELO
Y cómo hacer cuando no quedan islas para naufragar.
Joaquín Sabina
Cierro el lunes, el libro, las ventanas.
Cierro con doble picaporte los besos
y coloco mi álbum de rencores
con las cajas de los lácteos vacías dentro del reciclaje.
De pronto siento el pálpito de otras dimensiones,
una sombra contornea mi talle sin mirarme,
mientras el viento restriega su amargura
en el hollín de un dique.
-No es prohibido llorar- me susurran los ojos.
También la lluvia agrietó su gemido
sobre el lomo de las ballenas sordas.
Los ángeles desprovistos de cielo
convulsionan conmigo.
Yo trato de aquietar un corazón rebelde
que grita en medio de la sala:
soy mujer, niña, ancla, locura,
cascarilla de nuez intempestiva
en mitad del océano.
Una estalactita que burló al deshielo,
fruta que maduró precoz colgada del silencio.
Las hormigas prosiguen su camino
y tambalean la tarde sobre un travesaño
en el que hace equilibro mi latido.
Le susurro a mis alas:
¡en cuántas lunas más naufragaremos...!
SLOGAN
No debe ser normal
tener dolor de aire en las pupilas,
flotar sin presentirlo, sin tener un motivo.
Sentir asco por todo,
o enredarme en el verso
y desaparecer aunque nadie lo note.
No, no debe ser normal
depender del naufragio,
del “ya no hay remedio”,
“tenga fe eso funciona”.
Llenar mi botiquín con mansas mariposas
o polvo de serpientes segadas por la luna.
Aquí en la avenida,
todo es anormal y a nadie le importa.
Hay mil y una palomas,
mil y un almas revolotean y chocan
como inmensos abejones de siempre.
Un niño no vidente falsifica la vida
y canta una ranchera.
Una adolescente se levanta la falta
pero solo la miran el policía que escupe
y el drogadicto loco que estira la mano
para medir el borde del abismo
y calcular el salto.
Mil y un vendedores se lanzan al acecho
insisten, majan, gritan,
tratan de convencerme:
“melcochitas de coco”,
“llévese un recuerdo
venga tómese una foto
aquí con las palomas.”
Mi avenida cansada se descalza,
justo frente a la estatua de Beethoven
y una ocarina proscrita convulsiona;
solo diez metros más a la derecha
me intercepta Calderón de la Barca
y me recuerda que la vida es sueño.
A POCOS AÑOS LUZ
La fe no es horizontal,
ni plana ni redonda;
es solo otra mentira,
una forma de hacernos creer
que algo sobrehumano
trastoca en su mano derecha
la brújula, la vela, el alabastro,
la nuez apolillada del corazón del hombre.
La calle se horroriza cuando pasa una niña
mostrando en sus trece años
la delgadez del hambre
y un embrión de diminutas alas
que ruge entre su vientre,
sin saberlo, ruboriza la tarde.
Un gusano se mueve torpemente
debajo de una hoja amarillenta,
imitando a mi alma o a la tuya,
que equidistantes gritan
tan solo a unos metros de oscura distancia
sin que nadie escuche,
mientras esta mañana
le miente a la vida tantísimas gaviotas.
CONTRA TODA IRONÍA
¿De cuántas cercanías
está hecho el olvido?
¿Con cuánta sed se inclina
la herida de esta fábula
que aún llamamos vida?
La prisa, las facturas,
la diáspora en mi cama
y el lápiz que se impone
deshaciendo la tarde
contra toda ironía.
Desde la otra orilla
me traspasa la brisa,
que se enrojece y sueña
filtrando las sinuosas
mentiras de la lluvia.
Y un circo ya cansado
restriega su miseria
entre los bulevares.
¿De cuántas soledades,
obtusas soledades
se corona el misterio?
¡Con cuánta sed Te inclinas
a pronunciar mi nombre!